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Esta Fiesta Ganchera conmemora este oficio perdido. Foto: Turismo Castilla-La Mancha

En esta fiesta, que se realiza de forma rotativa entre los pueblos que forman la Asociación de Municipios Gancheros del Alto Tajo: Poveda de la Sierra, Peñalen, Zaorejas, Taravilla y Peralejos de las Truchas, todos ellos de la provincia de Guadalajara, se recrea una actividad rural tradicional, con más de 500 años de historia.

Este trabajo de ganchero ha forjado la vida e historia de estos pueblos; las antiguas maderadas sobre el Tajo por el que los gancheros conducían, con sus pértigas y ganchos, los troncos por el río hasta Aranjuez.

El momento cumbre de esta fiesta homenaje es la concentración de los gancheros que, vestidos a la antigua usanza, parten del lugar de encuentro hacia las riberas del Tajo para echar los troncos al río y desplazar la maderada, aprovechando la corriente, hasta el paraje donde los troncos son sacados del agua por las caballerías.

José Luís Sampedro en la novela 'El río que nos lleva' y Antonio del Real en la película del mismo título han inmortalizado a estos hombres y mujeres de la madera.

Además de esta actividad central, podemos degustar la gastronomía típica de la zona, presenciar la exhibición de corta de troncos o participar en los talleres de juegos y oficios tradicionales.

Maderadas en España

La maderada era una forma de transporte fluvial para la conducción de los troncos de madera procedente de las talas de bosques y pinares hasta los lugares de utilización de esa madera. Los troncos se transportaban por flotación conducidos por cuadrillas de gancheros. En España se utilizó este método de transporte en los ríos Ebro, Tajo, Júcar, Turia y Segura, principalmente y en menor medida en el Guadalquivir. Se tiene constancia documental de estas conducciones ya en el siglo XVI, y se prolongó su uso hasta mediados del siglo XX.

De los dos tipos de conducción de la madera por flotación, en almadía y por piezas sueltas, dada la orografía y el caudal de los ríos españoles, solo pudo practicarse el transporte mediante armadía (los troncos trabados a modo de grandes planchas) en el río Ebro, en el resto de ríos se utilizó el método de troncos sueltos.

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Agrupación de tronco. Foto: Turismo Guadalajara

Una vez talado el árbol, los propios leñadores o hacheros eran los encargados de limpiar el tronco y transportarlo hasta el río. Una vez allí el tronco se mantenía encambrado un determinado tiempo, suficiente para que se purgase y así flotar con más facilidad. Pasado este tiempo era cuando empezaba el trabajo de los gancheros, los encargados de conducir la madera a lo largo del río.

La maderada, que podía estar constituida por miles de troncos, con dimensiones que podían superar los doce metros de longitud por pieza, llegaban a ocupar más de 30 kilómetros del río. Era conducida por cuadrillas de gancheros dirigidos por el maestro de río a cuyas ordenes se encontraban los mayorales.

El conjunto de gancheros para conducir una maderada no bajaba de 100, pudiendo llegar a ser necesarios más de 1.000 gancheros para las grandes maderadas constituidas por unos 100.000 troncos. Maderada y gancheros se dividían en tres grupos: delantera, centro y zaga.

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Homenaje a José Luis Sampedro. Foto: Casa Chon

La delantera era la encargada de abrirse camino acometiendo verdaderas obras de ingeniería con los propios troncos para salvar las dificultades y desniveles que se presentaban, especialmente dificultosos en las cabeceras de los ríos.

El centro lo componía el grueso principal de la maderada y el trabajo de los gancheros consistía en evitar que los troncos se trabaran y produjesen una presa artificial capaz de convertir en artillas toda la maderada y provocar una especie de riada que lo anegase todo a su paso.

La zaga era la encargada de desmontar las construcciones realizadas por la delantera.

Las principales obras que acometía la delantera eran los encauzamientos, estrechando el cauce con los troncos allí donde en caudal era escaso y el lecho poco profundo, también para salvar desniveles y corregir, en parte, la sinuosidad del cauce.

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Foto: Turismo Guadalajara

Otras obras, de más envergadura, eran las tabladas, construidas para superar pequeñas presas y obstáculos de importancia.

El lecho de tablada era otra obra de mayor importancia y necesaria para poder salvar sin daños los azodes de los molinos y acequias tan frecuentes en los ríos Turia, Jucar y Segura. Se componía de ocho o diez maderos o lenguas formando un plano perpendicular al muro de la presa y apoyado en otro madero paralelo a la misma. De esta manera se conseguía un nuevo lecho más elevado que el natural o propio del río y den un plano superior a la presa o azud. La segunda parte consistía en la construcción de un canal para encauzar las aguas del río hacia este lecho artificial o compuerta. (El transporte fluvial de madera en España. Juan Piqueras Haba, Carmen Sanchís Deusa).

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Foto: Turismo Castilla-La Mancha

El asnao era otra obra utilizada para retener la maderada en las ocasiones que se creyera oportuno.

Todo ello se realizaba ayudados por ganchos o bicheros, de ahí el nombre que recibían los trabajadores encargados de la maderada: gancheros. En algunas zonas del Alto Aragón se les conoce como nabateros, siendo la nabata (o navata) una pequeña armadia (en este caso una verdadera balsa o almadía) que pilotaban con increíble habilidad hasta la desembocadura del Ebro. En Laspuña, existe un «Museo de las Navatas y la madera».

La madera descendía desde el Pirineo hasta Zaragoza o desde la serranía de Cuenca hasta Cuenca, que llegó a contar con una importante industria maderera, o hasta Valencia. Durante la construcción del Real Sitio de Aranjuez, esta ciudad fue un importante destino. Su transporte duraba meses.

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Foto: Agrocylm

Vida ruda y miserable la de los gancheros, entregados durante meses a las tareas de la conducción, sin casi ropa por la siempre probable necesidad de sumergirse en el río, sin dejar el bichero o gancho que le da nombre y es prenda indispensable suya; pero la contemplación de su tarea es fuertemente distraída y si el viajero llegado a esta provincia (Cuenca) tuviera ocasión de presenciar alguna maderada, no debe desperdiciarla y admirar la paciencia y constancia que ponen en la construcción de verdaderas obras de ingeniería, aunque efímera, para salvar los obstáculos que la naturaleza presenta en la frágil flotación de las piezas transportadas. (Cuenca. Guía Larrañaga, Julio Larrañaga Mendía).

Texto: Wikipedia

Fotografías

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Foto: Mamuel Laya - Nueva Alcarria

Programa de Actos - Año 2021

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