Fiestas, Ferias, Romerías... de Oviedo

El príncipe Aliatar es el emisario de Sus Majestades los Reyes Magos de Oriente, que hace su aparición en Oviedo en los días previos a la cabalgata. En una carpa situada en el Paseo de la Rosaleda del Campo San Francisco, y acompañado por dos pajes-ayudantes recibe las peticiones que l@s niñ@s ovetenses hace a sus MM.RR. 

Una de las características que destaca de la cabalgata de la capital de Asturias es cuando en el transcurso de la cabalgata tiene lugar, en la Plaza de la Catedral, la Ofrenda de los Reyes Magos al Niño Jesús, mientras suena 'Adeste Fideles', en presencia de las máximas autoridades eclesiásticas y municipales.

Aunque, para cuando lleguen sus MM.RR., el Príncipe Aliatar ya les habrá informado puntualmente de los deseos de los más pequeños, los Reyes Magos atenderán a las peticiones de l@s niño@ de Oviedo en persona una vez entren en la ciudad en las distintas recepciones que se celebran en un ambiente mágico, como no podía ser de otra manera, en la Sala de Cristal del Palacio de Exposiciones y Congresos.

Aunque uno podría pensar que Oviedo es sobre todo urbano, se equivocaría. En torno a la ciudad y repartido por todo el concejo hay diversos pueblos. Merced a la magia que les otorga uno de sus dos títulos, los Reyes Magos visitarán a los niños de los alrededores de Oviedo el 5 de enero. 

La tradición manda en la Cabalgata ovetense de los Reyes Magos, que, junto a la de Alcoy, en Alicante, es una de las más antiguas de España. Frente a otros espectáculos que han evolucionado hacia conceptos fantásticos que incluyen personajes y escenas de plena actualidad, el desfile de Oviedo es historicista y sigue la pauta de los antiguos nacimientos y celebraciones navideñas.

El primer diseño de la cabalgata del que se tiene constancia corrió a cargo del fallecido escenógrafo y pintor avilesino Fernando Wes en los años 50 y tomó como base los nacimientos napolitanos del siglo XVIII. En este tipo de belén los tres Reyes Magos son Baltasar, el viejo; Gaspar, el negro, y Melchor el joven, montados en caballos de colores blanco, marrón rojizo y negro.

Desde entonces, el diseño de la cabalgata y el papel de los personajes han sufrido diversos cambios, pero siempre respetando la línea fundamental del trabajo de Wes y recurriendo a diferentes fuentes históricas. Así, la primera representación de los Reyes Magos de la que se tiene constancia data del siglo VI, en la basílica de San Apolinar de Rávena, en Italia, donde los tres magos eran blancos. En 1355, en la región francesa de Alsacia, los tres Reyes magos representaban a las tres partes del mundo entonces conocido; Europa, Asia y África, siendo el representante africano de raza negra. Más tarde, en los albores del siglo XVI, el Retablo de la Catedral de Oviedo mostró la adoración de los Reyes Magos en una de sus escenas, en donde Baltasar aparece como rey negro y tocado con un gran turbante.

 Publicado en lne.es